
Denota a aquel ser que goza de los placeres de la carne. Es aquel que ha descubierto las verdades trascendentes de la historia pero que no se sensibiliza
ante ellas, las toma como una consecuencia lógica de las acciones (estupideces) de los hombres, pero él, como inmortal, está ajeno a las acciones de los
profanos ignorantes de su propia esencia, de su propia inmortalidad y divinidad.
La sangre, junto con el semen, desde las primeras culturas, siempre han sido los símbolos de la esencia divina de la vida. Es por esto que el vampiro, aun
cuando es un ser inmortal, basa su inmortalidad en el robo simbólico de la esencia divina, en este caso de la sangre de los otros seres, una suerte de
selección natural sobre aquellos que no son conscientes de su divina individualidad (esencia) y que la entregan gratuitamente a otros para que los traten
como parte de un rebaño, es decir, lo que entregan es su libertad.
El vampiro no posee la inmortalidad espiritual ya que se ha quedado estancado en la inmortalidad de la materia y la razón; sin embargo, la pregunta de si
existe la inmortalidad espiritual o no, es materia de debate y en muchos casos una actitud escéptica es la respuesta.
El vampiro duerme en un ataúd, este es el símbolo de que el vampiro, al no poseer alma, requiere de un templo externo que le albergue, algo que le de
seguridad y sentido de pertenencia. Es más, en muchos casos, cuando el vampiro viaja de un lugar a otro, este lleva tierra dentro del ataúd ¿Para qué?
Bueno, esto se puede asociar desde una debilidad, inseguridad por parte del vampiro a despegarse de sus tradiciones y costumbres, hasta el hecho de
estar ligado a un complejo de Edipo en el cual el vampiro no se atreve a dejar su madre tierra. De igual forma, el ataúd podría representar la matriz de
una mujer muerta de la cual un hijo “muerto” nace a una vida incierta.
Bajo este paradigma, el mito del vampiro se podría asociar con el mito de Horus e Isis, Isis siendo la tierra que da origen a Horus, la espiritualidad, pero
al ser también hijo de Osiris, sufre el traumático paso del nacimiento de la muerte a la vida. Al final, el vampiro es hijo de la muerte y de la vida.
Sufre el ciclo de morir para volver a nacer y viceversa.
El vampiro está rodeado por tres vampiresas, estas representan el pasado, el presente y el futuro. Pero el vampiro, al no poder morir, ha dejado
estancado el tiempo a su alrededor, es por esto que al visualizar su entorno podemos ver que todo es penumbra y oscuridad, polvo y vejez, elementos que
denotan caos y estancamiento en el tiempo.
Las mujeres son todas jóvenes ya que en el pasado, el presente y el futuro se confunden en uno solo. El vampiro es la representación del caos inicial que
no puede avanzar hacia el orden hasta que éste muera. No obstante, las mujeres representan también la dimensión física y psicológica en el cual el
vampiro se encuentra inserto, y es por esto que ellas también necesitan alimentarse de aquella sustancia divina que hace que el vampiro exista.
Las mujeres también demuestran el gran apetito sexual hacia sus víctimas, esto se puede interpretar como el deseo de la material de seguir avanzando,
que el futuro pueda seguir y seguir con el propósito de darle sentido y orden al pasado, al presente y al futuro a través del ritual de la reproducción
exclusivamente. Las vampiresas reflejan esto y lo sienten a través de su naturaleza e instinto de mujer.
ante ellas, las toma como una consecuencia lógica de las acciones (estupideces) de los hombres, pero él, como inmortal, está ajeno a las acciones de los
profanos ignorantes de su propia esencia, de su propia inmortalidad y divinidad.
La sangre, junto con el semen, desde las primeras culturas, siempre han sido los símbolos de la esencia divina de la vida. Es por esto que el vampiro, aun
cuando es un ser inmortal, basa su inmortalidad en el robo simbólico de la esencia divina, en este caso de la sangre de los otros seres, una suerte de
selección natural sobre aquellos que no son conscientes de su divina individualidad (esencia) y que la entregan gratuitamente a otros para que los traten
como parte de un rebaño, es decir, lo que entregan es su libertad.
El vampiro no posee la inmortalidad espiritual ya que se ha quedado estancado en la inmortalidad de la materia y la razón; sin embargo, la pregunta de si
existe la inmortalidad espiritual o no, es materia de debate y en muchos casos una actitud escéptica es la respuesta.
El vampiro duerme en un ataúd, este es el símbolo de que el vampiro, al no poseer alma, requiere de un templo externo que le albergue, algo que le de
seguridad y sentido de pertenencia. Es más, en muchos casos, cuando el vampiro viaja de un lugar a otro, este lleva tierra dentro del ataúd ¿Para qué?
Bueno, esto se puede asociar desde una debilidad, inseguridad por parte del vampiro a despegarse de sus tradiciones y costumbres, hasta el hecho de
estar ligado a un complejo de Edipo en el cual el vampiro no se atreve a dejar su madre tierra. De igual forma, el ataúd podría representar la matriz de
una mujer muerta de la cual un hijo “muerto” nace a una vida incierta.
Bajo este paradigma, el mito del vampiro se podría asociar con el mito de Horus e Isis, Isis siendo la tierra que da origen a Horus, la espiritualidad, pero
al ser también hijo de Osiris, sufre el traumático paso del nacimiento de la muerte a la vida. Al final, el vampiro es hijo de la muerte y de la vida.
Sufre el ciclo de morir para volver a nacer y viceversa.
El vampiro está rodeado por tres vampiresas, estas representan el pasado, el presente y el futuro. Pero el vampiro, al no poder morir, ha dejado
estancado el tiempo a su alrededor, es por esto que al visualizar su entorno podemos ver que todo es penumbra y oscuridad, polvo y vejez, elementos que
denotan caos y estancamiento en el tiempo.
Las mujeres son todas jóvenes ya que en el pasado, el presente y el futuro se confunden en uno solo. El vampiro es la representación del caos inicial que
no puede avanzar hacia el orden hasta que éste muera. No obstante, las mujeres representan también la dimensión física y psicológica en el cual el
vampiro se encuentra inserto, y es por esto que ellas también necesitan alimentarse de aquella sustancia divina que hace que el vampiro exista.
Las mujeres también demuestran el gran apetito sexual hacia sus víctimas, esto se puede interpretar como el deseo de la material de seguir avanzando,
que el futuro pueda seguir y seguir con el propósito de darle sentido y orden al pasado, al presente y al futuro a través del ritual de la reproducción
exclusivamente. Las vampiresas reflejan esto y lo sienten a través de su naturaleza e instinto de mujer.
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